Mi papá

Hola! soy Dan y quiero contarte una historia.

De niño siempre tuve problemas con la oscuridad, incluso al dormir cuando me iba a la cama y mis padres apagaban la luz, no me movía ni para ir al baño por temor. A veces llamaba a papá, diciéndole que había un monstruo debajo de mi cama o uno en mi armario.

Papaaaaaaa!, podes venir?
Dan asustado

Era mi grito en silencio, ni muy alto para alertar a los monstruos ni muy bajo para que me escuchase papá. Y él siempre acudía a mi llamado, ya sea de noche o de madrugada, ya sea con frío o con calor, siempre lograba escucharme y siempre con su mirada de tranquilidad.

Si Dan? no podes dormir?
Preguntaba el papá de Dan

Era increíble como mi papá no le temía a nada, en plena oscuridad se metía debajo de mi cama para demostrarme que no había nada ahí, o se metía en mi armario moviendo cosas con tal tranquilidad y con tanta seguridad.

Sí que lo admiraba. Mi papá era tan fuerte que podía levantar cualquier mueble pesado, ya sea con sus brazos o usando una palanca de ayuda. Y cada vez que se nos presentaba un problema en casa, tenía una idea muy creativa para solucionarla.

Siempre me tuvo paciencia sobre todo las veces que liberaba mi frustración botando cosas cuando no podía armar un rompecabezas o cuando lloraba porque aun no aprendía a manejar bicicleta.

Todo se logra con practica y paciencia.
Eran las palabras de papá

Recuerdo que, las veces que no podía dormir papá o mamá me invitaban a su cama en medio de ellos, era el lugar donde me sentía protegido, amaba ese lugar donde estaba muy tranquilo y podía cerrar los ojos sin temor a nada.

Y es que la infancia sucede tan rápido, pero nos acompaña por todo el camino.

Palabras de Kevin Arnold
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